Marita Tobio, la mujer que impulsa un juicio por la verdad por las violaciones y torturas cometidas por su propio padre

La historia de Marita Tobio se conoció en los medios hace unos años pero su tortura  comenzó a muy corta edad. Desde que recuerda su padre, Juan Carlos Tobio, policía de la provincia de Buenos Aires la violaba. Luego se la pasaba a su tío y a su abuelo para que hicieran lo mismo.

Este infierno era compartido por su madre y los hermanos a quienes también violentaba y amenazaba para que no denuncien las violaciones.

Desde que tenía 3 años estas imágenes se suceden en su cabeza, no solo los manoseos sobre su cuerpo sino el terror que infundía a todos en la casa.

Utilizando su arma reglamentaria para disciplinar a todos simulaba apretar el gatillo a su madre sólo para divertirse. La ahorcaba casi hasta la muerte o le hacía la práctica del submarino. Todos en la casa, sin diferencia recibían palizas.

Recién en el 2021, con 36 años hizo su primera denuncia en la Comisaría de la Mujer en la ciudad de Mar del Plata, donde vive actualmente.

El motivo que la llevó a presentarla fue que a sus hijas les pudiera ocurrir lo que a ella. Cuando Melody tenía 5 y Nicole 17 su padre llamó a la mayor al celular y la invitó a la casa. El horror volvió más fresco que nunca a pesar de los años y fue a a la comisaría.  Sin embaro al mes de presentarla la denuncia fue desestimada por el fiscal Alejandro Pelegrinelli por considerar que la acción penal estaba prescripta.

Ante falta de aydua de parte de abogados comenzó a estudiar esa carrera y se enteró que los delitos de abuso sexual contra las infancias son de orden público. El fiscal se le había olvidado que existía una ley de Víctimas y tenía la obligación de impulsar la investigación de oficio. La ley 27.206, sancionada en 2015 y conocida como ‘de respeto a los tiempos de las víctimas’, expresa de manera indubitable y contundente ‘que el plazo de prescripción se suspenderá mientras la víctima sea menor y hasta que, habiendo cumplido la mayoría de edad, formule la denuncia’.

Hoy el abusador, su padre, tiene 72 años, ya es momento de justicia

Como el juez de Garantías Saúl Errandonea dictaminó la prescripción de la causa, César Sivo, abogado de María Tobio, presentó una apelación a tal medida, y el 23 de mayo de 2022 la Sala I de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Mar del Plata revocó el fallo que no le permitía avanzar a María de los Ángeles contra su padre, e indicó lo siguiente: “Verificados todos los presupuestos legales, se expida sobre la prescripción de la acción penal respecto de los hechos denunciados siguiendo los parámetros de interpretación explicados por los integrantes de la mencionada sala, Marcelo Alfredo Riquert y Esteban Ignacio Viñas, y en caso de declararse tal prescripción, haga efectivo el derecho a la tutela judicial efectiva de la denunciante, sin perjuicio de la imposibilidad de imponer sanciones penales, habilitando judicialmente la realización de un proceso por la verdad cuya investigación estará a cargo del Ministerio Público Fiscal, permitiendo el eventual esclarecimiento de los hechos denunciados y, a la vez, una reparación tanto moral como pública de la víctima, menor al momento en que aquellos hechos se habrían perpetrado”.

María de  los Ángeles está esperando que se fije fecha para este Juicio por la Verdad, que se da cuando los plazos se  encuentran prescriptos pero la víctima necesita contar lo que lo ocurrió y que alguien diga que el que la vulneró es culpable y que lo que ella cuenta es la “verdad”. Si bien no hay una sentencia penal se celebra como cualquier otro juicio y sí hay un juez que dictamina si el acusado es culpable o inocente.

 “Lo necesito cada día más para poder empezar a sanar el daño que me provocó. Soy gráfica y puede sonar muy duro, pero yo sola sé lo que se siente que tres personas que pertenecen a tu familia en lugar de protegerte como niña, te besen asquerosamente, te pasen como un objeto de un regazo a otro y te den órdenes de lo que tenés que seguir haciendo. Muchos me preguntan si mi madre no hacía nada. Quiso, pero no pudo, porque este sujeto nos tenía a todos bajo el terror. Imaginate que le gatillaba en la cabeza, y a mis hermanos los reventaba también a palos”-  asegura Marita

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